Reseña 'Como agua para chocolate' - Laura Esquivel

Título: Como agua para chocolate

Autora: Laura Esquivel

Páginas: 264

Editorial: DeBolsillo

Fecha de publicación: 19 de mayo de 2016

No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña, cuando crecía en la cocina con Nacha y se le negaba toda posibilidad de vida propia desde su nacimiento. Pero también aprendió que los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato, sino todo el amor con que seas capaz de hacerlo. Sus platos no solo tenían el poder de deslumbrar por sus sabores y texturas. Su tristeza, su alegría, su deseo o su dolor a la hora de prepararlos se contagiaban irremediablemente a todo aquel que los probaba. A través de esta alegoría que vincula con maestría los sentimientos y los elementos culinarios, asentada en la tradición del realismo mágico y en la recreación de la cultura mexicana, Laura Esquivel se convirtió en una de las escritoras más importantes de la narrativa en español.

Este libro me dejó con sentimientos encontrados. Cuando lo empecé no esperaba encontrarme con una historia tan dramática y con una protagonista a la que le pasan tantas desgracias, pero me gustó bastante y desde ya mismo os lo recomiendo.

Tita es la hija pequeña de la familia y vive con sus dos hermanas, su madre y un par de sirvientas en un rancho. Condenada a servir a su madre hasta el fin de sus días por ser la más pequeña de las hermanas, renuncia a su amor por Pedro, chico del que está perdidamente enamorada. Pero ambos se aman y, con tal de estar lo más cerca posible el uno del otro, Pedro se casa con la hermana mayor de Tita: Rosaura. Aun así, su madre es consciente del fuego de su amor, por lo que hace lo imposible para que ni su hija ni Pedro estén juntos ni un solo minuto. Sumida en una profunda tristeza por no estar cerca de su amado, Tita se refugia en la cocina y se entrega a la elaboración de exquisitos platos capaces de transmitir sus emociones a aquellas personas que los prueban. Y todo esto esperando su trágico final.

Lo que más destaca es el realismo mágico, con el cual ya estaba familiarizada gracias a Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. La inclusión de elementos fantásticos gracias a este movimiento literario hace que la narración se embellezca, a la vez que se profundiza aun más en la realidad. Tita, a través de las recetas, no solo demuestra su amor hacia la cocina, sino que también muestra sus emociones, las cuales se transmiten a aquellas personas que prueban su comida. Si llora mientras cocina, quienes prueban su comida sienten una extraña tristeza que les acompaña durante todo el día. Y así de bien está representado el realismo mágico en esta historia. En la vida de Tita también veremos reflejada la tradición familiar pues, siendo la más pequeña de las hermanas, es su deber cuidar a su madre cuando esta no pueda valerse por si sola, con lo cual no puede casarse ni tener hijos porque tiene que estar a entera disposición de su egoísta madre.

La novela abarca cerca de 40 años de la vida de Tita pero solo se narran los momentos más importantes de su vida, tanto celebraciones como desgracias, que se van contando junto con las doce recetas, haciendo que la explicación de estas se mezcle con la trama. A nivel más personal, a pesar de la importancia de las recetas en la novela, la explicación de cómo se hacían estas resultaba algo pesada dependiendo de qué receta se tratase, pero claro, a mi no me gusta la cocina así que es algo muy subjetivo.

Tita es la mayor protagonista de esta historia y es a la que mayor se la llega a conocer, pero tanto sus hermanas como su madre y otros muchos personajes también constituyen una parte importante. Rosaura es la hermana mayor y la cual se casa con el amor de Tita: Pedro; Gertrudis es la segunda hija y a través de ella conoceremos la pasión; y la madre de las tres chicas, Mamá Elena, es una mujer egoísta que solamente piensa en que la cuiden cuando se haga mayor. También comprobaremos, de la mano de Nacha, que el amor maternal también se puede dar entre personas que no son de la misma sangre y, por parte de Pedro y de Tita, que cuando dos personas se aman, su amor puede con todas las adversidades. La única pega que le pongo a su amor es que se tendrían que haber demostrado con mayor intensidad que se querían pues, a pesar de la tradición familiar, ambos se podrían haber escapado, además de que Pedro actuaba como un cobarde en muchas ocasiones porque no se atrevía a dejar a su esposa para escaparse con su amada. Aparte, Tita se preocupaba tanto por los demás, incluso de los que la trataban mal, que no miraba por ella misma: por su bienestar y felicidad.

La narración de Laura Esquivel es exquisita y no podría haber quedado más satisfecha con el uso que le dio al realismo mágico. La novela rebosa drama y está contada en tercera persona y se nos van dando pequeñas pistas de lo que pasará en el futuro. Por estas pistas, el tiempo resulta algo confuso en determinados capítulos, pero rápidamente se vuelve a recuperar el hilo de la historia. En cuanto al final, es imposible que el lector no quede satisfecho con él, pues es un desenlace perfecto para una historia tan apasionante como esta, además de que te deja con ganas de reflexionar.

En conclusión. Como agua para chocolate es una novela en la que el realismo mágico, la pasión y el drama son los elementos principales. En una historia donde el amor eterno, la tradición, el ansia de libertad, la crueldad de una madre, la situación política de un país y las injusticias de una tradición marcan la vida de la protagonista, se nos muestra la fortaleza de la mujer, y es que, sin importar en qué época nos encontremos, siempre hay una lucha contra la sociedad.

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